martes, 30 de mayo de 2017

Las Marchas de la Dignidad volvieron con éxito a movilizar miles de personas

El sábado 27 de marzo, las Marchas de la Dignidad volvieron a recorrer las calles de Madrid, reclamando Pan, Trabajo y Techo, en la mayor movilización que de ha producido desde 2015. En primer lugar, es justo felicitar a quienes han trabajado durante meses en la organización de la marcha, de forma especial a quienes coordinados por el camarada Ginés, han representado al PCE en este colectivo, porque han conseguido ganarse el respeto y la valoración del resto de fuerzas que entiende el papel positivo que la militancia comunista ha jugado en el éxito de la movilización.



Al mismo tiempo quiero felicitar a las organizaciones del Partido que han sabido entender la importancia de esta movilización y han contribuido desde todos los rincones del Estado a su éxito. Era realmente emocionante encontrase en cada columna una representación visible del PCE.

Dicho esto, es el momento de resaltar la importancia de la movilización, que tendría que ser analizada en profundidad, pero que de inmediato nos ha puesto de manifiesto que es mas fácil la movilización cuando se plantea desde la base, desde una voluntad unitaria ajena a toda intención de patrimonializar el rechazo, el hastío que produce el Gobierno del Partido Popular.

Esta movilización, que no debemos de desligar de la producida el 8 de marzo, nos pone de manifiesto que somos muchas y muchos quienes no nos resignamos a una salida antisocial, autoritaria, patriarcal de la crisis, y que debe tener continuidad en una lucha sostenida en el tiempo, que busque formas de manifestarse para acumular fuerzas en la defensa de la necesidad de expulsar del Gobierno a quienes son responsables de las políticas antisociales y autoritarias que han llevado el sufrimiento a millones de personas, a quienes han esquilmado los recurso del Estado en beneficio propio y de su Partido.

Pero, sobre todo, es el momento de poner de manifiesto la necesidad de hacer realidad algo tan simple, tan directo, tan importante como es que todo ser humano tenga derecho a un trabajo digno que le permita comer y tener un techo bajo el que vivir, algo que indigna tener que ser reclamado en pleno siglo XXI, pero que pone de manifiesto que en el siglo XXI sigue siendo necesario luchar por una sociedad más justa, más humana, más igualitaria, por una sociedad socialista.

El PCE se compromete a seguir trabajando codo con codo con el resto de colectivos y organizaciones demostrando que cuando ponemos en valor lo que nos une, cuando sumamos ilusión y trabajo, se pone en marcha una fuerza que nos debe llevar a derrotar a quienes tratan de poner los recursos del Estado al servicio de una minoría a costa del dolor y el sufrimiento de la clase trabajadora y capas populares.



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